Your ads will be inserted here by
Easy Plugin for AdSense.
Please go to the plugin admin page to
Paste your ad code OR
Suppress this ad slot.
Semana de agoreros. Durante estos días hemos visto como volvían a las portadas de los periódicos los malos augurios, y cómo el temor se apoderaba de unos mercados todavía muy expuestos a la aversión al riesgo de los inversores. Las bolsas de uno y otro lado del Atlántico se soliviantan a poco que escuchan el rumor que trae consigo la publicación de las Actas de la Fed, las estimaciones del FMI, o el regreso de unas viejas amigas: las agencias de calificación.
En EEUU, y tras digerir la publicación del dato de empleo del viernes, la semana habría de comenzar con la nueva temporada de presentación de resultados empresariales. Una batería de cifras que los inversores esperan francamente positiva, y a la que Alcoa se encargaría de dar el pistoletazo de salida el lunes. Sin más datos que llevarse a la boca, las primeras sesiones de Wall Street terminaron al alza.
Una racha cortada ayer miércoles tras la publicación de las Actas de la Fed, que confirmaban la división existente en el seno de la Reserva Federal acerca de la compra de bonos, con la mitad de sus miembros apostando por retirar los estímulos de forma inmediata. Como consecuencia, la bolsa neoyorquina cerraba la sesión de ayer con signo mixto. Ben Bernanke volvió a comparecer para asegurar que la política de estímulos monetarios aún debe persistir, y que no hay prisa por subir los tipos, algo que parece haber sentado bien en Wall Street, hasta el momento en números verdes.
Your ads will be inserted here by
Easy Plugin for AdSense.
Please go to the plugin admin page to
Paste your ad code OR
Suppress this ad slot.
En Europa los inversores también se las prometían felices desde que el lunes se aliviaran las tensiones en las bolsas periféricas, merced al acuerdo del Eurogrupo para mantener las ayudas a Grecia, así como el pacto de gobierno alcanzado en Portugal. Además la apertura del martes prolongaba las subidas tras los buenos datos llegados de Asia: el aumento del IPC de China por encima de lo previsto, y la escalada del Nikkei nipón por encima del 2%.
Pero el informe del FMI, que empeora las expectativas de crecimiento de la economía a escala global, terminó por sentar como un jarro de agua fría. Y para colmo de males, resurge un fantasma del pasado: la rebaja de rating operada por las agencias de calificación. Sí, las mismas que decían que las subprime eran manjar de dioses, y cuyo consejo es siempre tenido en cuenta. En este caso, fue S&P quien decidió recortar la nota de Italia a BBB (sólo dos escalones por encima del tan temido ‘bono basura’) produciendo el rebrote de las tensiones en los mercados de deuda de las economías periféricas. Y es que de una forma u otra la Zona Euro mantiene su futuro ligado al de EEUU en muchos aspectos. Y si no que se lo digan a los británicos, ahora que la gestión de índice de referencia Libor pasará a manos americanas (NYSE Euronext) tras los escándalos de manipulación delos anteriores gestores, la British Bankers’ Association.
En España por su parte, el IBEX ha mantenido su propia pelea con los 8.000 puntos. El selectivo no pudo aprovecharse del ‘efecto Draghi’ de la semana pasada para atacar los 8.100 puntos con solvencia, y terminó el viernes cediendo un 1,67%. Ya este lunes, consiguió sumar un 1,90% para volver a intentar llenar ese hueco bajista pendiente, pero la escalada de tensiones en el mercado de deuda que ha sufrido estos días ha convertido esa cifra en una auténtica resistencia que, de superarse y mantenerse, permitiría alentar mayores expectativas alcistas.
Mientras tanto, con una prima de riesgo disparada por encima de los 321 puntos y el diferencial con Italia reduciéndose, no queda otra que recordar los mínimos de hace dos semanas (7.508 puntos) y tenerlos presentes como soporte límite, a la espera de señales de mejora. Eso si no resucitan más fantasmas.
Amar N. Daryanani
Director de BolsaMercados