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Termina una semana en la que la generalidad de las bolsas ha reaccionado poco o nada a las principales noticias económicas. Casi nulo ‘efecto Monti’ y escaso ‘efecto Bernanke’. Las bolsas europeas miran a Wall Street, la bolsa americana mira a republicanos y demócratas, y éstos parecen no mirar el calendario. Las posibilidades de un rally navideño van desvaneciéndose poco a poco.
Ya la semana pasada hacíamos hincapié en la continua incertidumbre que anida en el ánimo de los inversores, debido a la falta de acuerdo en EEUU que aleje del horizonte definitivamente el temido ‘fiscal cliff’. Y ya dijimos que si esa duda no se despeja pronto, habrá que irse olvidando del tradicional rally de Navidad.
Pues bien, dejamos atrás una semana en la que demócratas y republicanos siguen sin mover ficha, estancados en la casilla de ‘salida’, en un tablero de juego del que no sólo depende la economía americana, y con el reloj de arena dejando caer sus últimos granos.
En EEUU la vista estaba puesta en la última reunión de la Fed del año.
El lunes Wall Street pasó de puntillas sobre las dudas creadas en Europa tras el anuncio de dimisión del presidente Mario Monti, y consiguió cerrar en positivo en una jornada con referencias macro de escasa entidad.
Por su parte, Ben Bernanke anunció un nuevo plan de estímulo para la maltrecha economía americana, a través de la compra de bonos del Tesoro por 45.000 millones de dólares, y condicionaba la subida de tipos a un descenso del paro por debajo del 6,5%. Poco efecto en la bolsa neoyorquina, que quizás ya descontase los resultados de esta última reunión, o quizás tuviera poco que celebrar, ante el inmovilismo de los partidos políticos frente al ‘fiscal cliff’.
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Por su lado, Europa comenzaba la semana al borde de su propio ‘abismo’ de nombres y apellidos harto conocidos. El fin de semana Silvio Berlusconi mostró su intención de acudir a las próximas elecciones, acelerando así la presentación de su dimisión el actual presidente tecnócrata, Mario Monti. Pero gracias al impulso de Wall Street, poco o nada se notó su efecto. De hecho, el Cac francés, el Dax alemán y el FT inglés cerraron en positivo. Donde sí se notó su efecto fue en los mercados de deuda de países periféricos como España y la propia Italia.
Pero la semana reservaba grandes noticias para los inversores europeos. No sólo se desbloqueaba el siguiente tramo de ayuda a Grecia, sino que los ministros de Finanzas del Ecofin llegaban a un acuerdo sobre el supervisor bancario único. Eso sí, clavando una a una las exigencias alemanas, pues Angela Merkel tiene delante un nuevo asalto a las urnas, y no quiere que nadie moleste a sus electores con una vigilancia de sus teutonas cajas de ahorro. Ya saben el dicho: donde manda patrón “rico” no manda marinero “pobre”.
En lo que respecta a España, el inicial recrudecimiento de las tensiones en el mercado de deuda (gracias a nuestro amigo Berlusconi) fue poco a poco suavizándose, hasta volver a estabilizar la prima de riesgo en torno a los 400 puntos. Ideal para que el Tesoro repitiera éxito en las últimas subastas del año, adelantando financiación para 2013. A ello contribuyó la noticia de la trasferencia europea de casi 40.000 millones de euros para sanear la insana banca, y el nacimiento del llamado ‘banco malo’ (un eufemismo absurdo e irónico en un país que se pregunta qué banco no ha sido malvado). Así y todo ha sido una buena semana para el IBEX, que aún al cierre parece consolidar (por fin) los 8.000 puntos, registrando una mejora acumulada de un 2%.
Pero volviendo a nuestro titular, nos preguntábamos qué efectos reales ha tenido en las bolsas la Fed, Grecia, la supervisión bancara, y la mini-ayuda a España. A tenor de lo visto, más bien poco o nada. La batería de buenas noticias no ha motivado suficientemente a los inversores. Sí se ha experimentado cierto crecimiento, pero no el esperado.
Si acaso uno de los mejores en Europa ha sido el propio IBEX, pero no parece haber motivos de confianza. Ya ha venido demostrando en pasadas semanas su dificultad para convertir los 8.000 puntos en un soporte estable.
Sólo podemos concluir una recomendación: cautela. Más atención al análisis técnico, al menos hasta que se desbloqueen las posiciones demócratas y republicanas, y termine de una vez esta partida. En mente sigue la posibilidad del rally de fin de año.
Puedes enviarle un correo a Amar N. Daryanani a su casilla [email protected]
y leer sus analisis en su sito de Internet.