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Este detalle pasa por alto para un gran número de usuarios, ya que no le dan la importancia que realmente tiene. No obstante, designar un beneficiario para nuestro seguro de ahorro, es un aspecto muy importante a tener en cuenta.
En un seguro de ahorro, hay tres figuras bien diferenciadas. Por un lado tenemos al tomador, que es la figura encargada de asumir las obligaciones y pagos del seguro. Después, está el asegurado, la persona que dispone de la cobertura de la póliza. Y en tercer y último lugar, el beneficiario del seguro.
Aunque es cierto que en muchos casos las 3 figuras las asume una misma persona, es importante saber que conviene que al menos el beneficiario sea otro usuario diferente. Este será quien perciba las indemnizaciones del seguro de la manera en que se estipulara al contratar dicho seguro.
Cosas a tener en cuenta para elegir beneficiario
El beneficiario de un seguro de ahorro, no tiene el mismo papel que el beneficiario de un seguro de vida. En este caso, no estamos hablando de la muerte del asegurado, sino de una opción que puede tomar. Por eso, si decidimos nombrar a un beneficiario para nuestro seguro de ahorro, este no tiene porque ser un heredero legal de nuestra herencia, por ejemplo.
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Y es que una herencia por fallecimiento, no es lo mismo que cobrar una indemnización por este tipo de seguros. De hecho, en el caso de que el asegurado disponga de deudas, esto no va a traducirse en problemas económicos para el beneficiario. Lo que sí que tienen en común tanto un seguro de vida como un seguro de ahorro, es que el asegurado puede escoger y dejar estipulado quien quiere que sea el beneficiario de su seguro.
En caso de fallecimiento por parte de la persona asegurada, el seguro tiene la obligación de proporcionar al beneficiario la indemnización adecuada. Esto es algo que va a suceder paralelamente a la herencia legal. Es decir, una cosa no tiene que ver con la otra.
Si designamos varios beneficiarios en nuestro seguro de ahorro, la indemnización se repartirá entre ellos. Esto se hará de la manera en que el asegurado lo haya estipulado: a partes iguales, o dependiendo de la cantidad que el fallecido designe a cada uno de los beneficiarios.
Qué ocurre si no se designa un beneficiario
Tanto en un seguro de vida, como en un seguro de ahorro, designar un beneficiario es un aspecto muy importante a tener en cuenta. En caso de no hacerlo, la aseguradora se encarga de aplicar un sistema de designación vertical. En otras palabras, los herederos legales serán los que cobren la indemnización.
Si el asegurado que ha fallecido, dispone de hijos menores de edad, el dinero no se recibe directamente, sino a través de lo que conocemos como un fideicomiso. Como mencionamos al principio, hay que tener en cuenta que tanto en un seguro de vida como en uno de ahorro, podemos designarnos a nosotros mismos como asegurado y beneficiario. Así, en caso de sufrir un accidente que nos pueda llegar a incapacitar, seremos nosotros quienes dispongamos de la cantidad de dinero necesaria para salir adelante.
