Como clientes, las buenas ofertas siempre nos llaman la atención. Especialmente si están relacionadas con servicios o productos que necesitamos para nuestro día a día: conexión a internet, rebaja en un smartphone, etc.

En la actualidad, el costo de vida sigue aumentando. Por ello es común que las empresas ofrezcan atractivos incentivos para ampliar su base de clientes o mantener a los existentes alejados de las ofertas tentadoras de sus competidores.

En qué consisten las tarifas planas

Una de las estrategias que más se utilizan es ofrecer a los consumidores lo que se conoce como “tarifa plana”. Lo que implica pagar una cantidad fija por un servicio, sin tener en cuenta la cantidad de uso que se haga sobre este.

En los últimos tiempos, esta práctica se ha vuelto más popular, especialmente en empresas energéticas. Esto se debe al aumento incontrolado en el precio de los suministros de luz y gas, y las empresas aprovechan que los clientes desean evitar sorpresas desagradables en su factura mensual.

Este tipo de empresas ofrecen atractivas promociones en las que prometen, por lo general en contratos de un año, que los consumidores podrán ahorrar en sus facturas del hogar al pagar una cantidad fija sin importar su consumo. El problema es que, en algunas ocasiones, la letra pequeña del contrato incluye penalizaciones si el consumo supera un determinado umbral, que suele ser el máximo histórico de consumo del cliente más de un 30%.

Las asociaciones de consumidores consideran un grave error contratar este tipo de tarifas debido a que todas ellas funcionan un límite de consumo a partir del cual cambia a una tarifa diferente. En cambio, se recomienda optar siempre por la cantidad regulada por el Gobierno o elegir una tarifa con un buen precio fijo, en la que se paga la misma cada mes y que incluye una regularización al final del contrato.

Los expertos advierten que al plantearse la contratación de una tarifa plana, es importante tener cuidado con el consumo mensual. Y es que las empresas suelen establecer límites con penalizaciones en caso de superarlos.

Cómo evitar los gastos abusivos en tarifas planas

En el sector de las telecomunicaciones, es frecuente que las empresas ofrezcan tarifas planas con datos y llamadas ilimitadas. Una oferta que puede fácilmente hacernos caer en la tentación de contratar el servicio sin revisar primero nuestro consumo real y determinar si realmente nos conviene o no.

Pagar de más por una cobertura más amplia que no nos hace falta, supone caer en los llamados “gastos vampiro”. Estos son gastos fijos que creemos que no podemos reducir o eliminar, cuando en realidad sí podemos hacerlo.

Los expertos señalan que si estos gastos vampiro son constantes, pueden acabar absorbiendo hasta el 30% de nuestros ingresos mensuales, dejando nuestra cartera sin vida. Además de las tarifas planas de telecomunicaciones, existen otras relacionadas con el ocio que pueden resultar en un gasto innecesario y convertirse en un gasto vampiro si no calculamos bien el uso que les daremos.

Para evitar caer en este tipo de gastos y dejar de perder una cantidad de dinero considerable cada mes, lo mejor es contratar servicios teniendo en cuenta todas las posibilidades y prestando atención a las condiciones que nos imponen las compañías.