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Semana de caídas generalizadas en las bolsas, con los bancos centrales como principales protagonistas. Parece que la fe de los inversores comienza a agotarse, y se impone la cautela. ¿Es posible que estemos ante el principio del fin de la racha alcista de los últimos meses? ¿Ha dado comienzo una nueva crisis asiática? ¿Será Japón la que pinche la burbuja creada por las políticas de estímulo de los bancos centrales?
En EEUU, y tras vivir el pasado viernes su segunda mejor sesión del año, Wall Street cerró con signo mixto un lunes huérfano de datos macro. No se hizo eco ni de la mejora de la perspectiva de la deuda soberana estadounidense, anunciada por S&P, ni del rally experimentado por el Nikkei (+5%) ante la revisión al alza del crecimiento económico nipón. Se impuso así una cautela que el martes y el miércoles se traduciría en estampida, ante las noticias de que el Banco de Japón no anunciaba nuevas o mejores medidas de estímulo, y ante el temor cada vez más acentuado de que en la próxima reunión de la Fed se ponga freno a la política de compra de bonos.
El escepticismo ha venido para quedarse, al menos hasta la reunión de la Fed del próximo día 19. Mientras tanto, el Dow sumó ayer su tercera jornada consecutiva de recortes, la peor racha en lo que va de año. Abandona la cota de los 15.000 y se aleja de sus máximos históricos.
Por su parte, Europa vive entre dos aguas malditas: de un lado la tensión provocada por la apertura de la revisión del programa OMT del BCE por parte del Tribunal Constitucional germano; de otro lado, los rumores de una moción de confianza contra el primer ministro griego por el polémico cierre de la televisión pública helena. Si a esto sumamos el ambiente enrarecido, no es de extrañar que se hayan generalizado los descensos, particularmente en las bolsas periféricas y en sus mercados de deuda.
Así lo demuestra lo ocurrido con el IBEX estos días. La debilidad del índice se puso de manifiesto los primeros días, al verse lastrado por las dudas que embargan a los inversores de uno y otro lado del Atlántico y, en particular, a los del mercado de deuda, con la prima superando los 300 puntos básicos. Ayer las cifras presentadas por Inditex, a pesar de no ser tan buenas, fueron bien acogidas y sirvieron de estímulo para que el Ibex escapara de la quema.
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Ante este panorama las preguntas que surgen son de perogrullo: ¿continuarán los descensos o se trata de una corrección lógica?
Si miramos hacia Oriente, el Nikkei ha recortado un 22% desde que se anunciaran las medidas de estímulo por parte del Banco de Japón, si bien es cierto que acumulaba ganancias de un 77% desde sus mínimos de 2012. En Occidente, los inversores parecen estar en la línea de salida para poner “pies en polvorosa” a poco que se confirme un más que probable cambio en la política monetaria instaurada por la Fed; mientras, en Europa, seguimos de cerca estos acontecimientos hasta que nos salpica alguna economía periférica y vuelve la inestabilidad, sin olvidar que los movimientos alcistas venían (y vienen) respaldados por la famosa frase de Draghi (“haremos lo que sea necesario para salvar al euro”).
Por lo tanto, todo dependerá del cristal con que se mire. Los optimistas considerarán que la previsible finalización de las políticas de la Fed no deberían suponer un fuerte castigo para la renta variable, teniendo en cuenta que dichas políticas no tienen un auténtico reflejo en la economía real y, como consecuencia, en los fundamentales. Fundamentales que, para más inri, apuntan a una mejora de la mayor economía del mundo. Estos inversores apostarán porque se trata de una corrección lógica tras el rally, que no incide en la buena pinta de títulos aún infravalorados y con perspectivas de mejora a largo plazo.
Por su parte, los pesimistas considerarán que estamos ante el principio del fin del rally, y que la corrección augura mayores descensos, graduales y constantes, aunque paulatinos. El razonamiento es sencillo: las subidas experimentadas hasta ahora son ficticias, y sólo se sostienen mientras se mantengan las políticas de los bancos centrales. Ni los datos fundamentales ni la estabilidad de los mercados de deuda podrían evitar los recortes, pues las políticas de estímulo habrían creado una nueva burbuja financiera, cuya explosión ha dado comienzo merced al Banco de Japón, confirmándose el próximo día 19 de manos de la Fed.
En conclusión, los traders habremos de tener plan A, plan B… y hasta C. Atentos a la finalización de la fiesta y prudentes, manteniendo la disciplina para no caer en errores de sobreinterpretación. Podemos aprovechar las tendencias a poco que tengan cierta solidez, bien para ir a corto en caso de que se impongan los bajistas, bien para comprar en caso de rebotes con fuerza.
Amar N. Daryanani
Director de BolsaMercados