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Dentro de las reformas para este 2014, se prevé la disminución en la deducibilidad de las prestaciones sociales que pagan las empresas para sus trabajadores. El porcentaje aplicable a la deducción de ingresos era de 100 y pasó al 53 por ciento este año.
Este cambio, desde ya haría que muchas compañías las integren al salario de sus trabajadores.
Pero, cuando se añadan las prestaciones al salario del trabajador propiciará un sueldo mayor y por ende, la empresa deberá pagar más por otros conceptos como Seguro Social o Infonavit.
Esto lleva a que las empresas requieran contar con un estudio profesional que cuente empleado por empleado y verifique cuál es la situación particular de los esquemas de prestaciones, ya que una decisión equivocada podría generar una erogación mayor a la debida.
Por la menor deducibilidad de las prestaciones, algunas empresas podrían optar por eliminarlas e integrarlas al salario del trabajador, pero eso traería otras consecuencias, pues aumentaría la carga social como IMSS, Infonavit, en un 25 o 30%, o en una cantidad mayor que la acreditación del ISR, lo que resultará contraproducente para las compañías.
En concreto, todo lo que considere dentro de prestaciones sociales tales como fondos de ahorro, vales de despensa, seguros de vida y gastos médicos, horas extras y aportaciones a planes de pensiones y de primas de antiguedad, podrán deducirse de forma parcial.
Si un trabajador cuenta con ingresos superiores a 25 salarios mínimos, el impuesto adicional que les causaría a éstos incorporar las prestaciones a su sueldo es superior al impacto fiscal para la empresa por la deducibilidad parcial.
Fundamento legal: artículo 28 de la Ley del ISR, fracción 30, donde se contempla un candado para evitar que las compañías recorten las prestaciones de sus empleados, pues en caso de hacerlo, no tendrían derecho a la deducibilidad.
