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Hoy terminamos una semana plagada de noticias pero con poco movimiento en las bolsas europeas, más pendientes de los datos macro y de los acontecimientos que se viven en Estados Unidos, que de las huelgas generales convocadas en los países periféricos. Abundan las incertidumbres mientras parece más lejano un rápido acuerdo que evite el fiscal cliff.
Europa cierra una semana de volumen discreto y, salvo algún día de cierta volatilidad, lateralismos generalizados. Las principales bolsas del Viejo Continente han visto cómo finalizaba la temporada de presentación de resultados empresariales del tercer trimestre, con cifras modestas en la mayoría de los casos, y malas en más de uno. Volvemos a las referencias macro, y centramos nuestra atención en las noticias (y rumores) que nos llegan del otro lado del Atlántico.
Desde que Barack Obama ganara las elecciones sólo se escuchan dos palabras: fiscal cliff. Abismo fiscal. Una drástica reducción del gasto público aderezada con una fuerte subida de impuestos, que tendrá lugar a partir del 3 de enero debido al “Budget Control Act of 2011”. La solución pasa por un necesario acuerdo entre Demócratas o Republicanos, bien para prorrogar la Ley vigente desde 2001 (de reducción de impuestos e incremento del gasto) o bien por adoptar nuevas medidas.
De no alcanzar acuerdos y adentrarse en el abismo fiscal, las peores previsiones hablan de un auténtico descalabro en la economía estadounidense y, como si de fichas de dominó se tratara, del resto de economías del mundo.
Lo que ocurre es que en Europa muchas de esas fichas ya han caído, y pesan como una losa en los mercados de deuda y, por ende, en los de renta variable. Terminamos la semana pasada señalando que el lunes el Eurogrupo no tomaría la decisión sobre el segundo paquete de ayudas a Grecia. Para más inri, el país heleno necesitaba colocar deuda en subasta pública antes del viernes si no quería verse en suspensión de pagos, por lo que teníamos asegurado un comienzo de semana movidito. Además, diversos países periféricos acosados por la deuda celebrarían al unísono una huelga general el miércoles.
Uno de ellos, España. Y efectivamente millones de personas salieron a la calle, pero podría decirse que fue mayor la manifestación que el paro provocado. Al margen del habitual baile de cifras, el mensaje debería quedar claro para gobierno y convocantes. Para aquél, que la creciente tensión social y oposición a los recortes podrá pasarle factura. Y a éstos, que deben cambiar de discurso porque los pocos que pueden trabajar quieren trabajar, por mucho que coincidan en las razones de fondo.
Poco afectó la huelga al IBEX. Los inversores están más atentos a las noticias empresariales y datos macro, tratando de encauzar sus inversiones en un terreno de arenas movedizas. En el mercado de deuda sí se dejan notar las inseguridades de unos inversores con cada vez mayor aversión al riesgo. Olli Rehn señaló que España no necesita nuevos ajustes para 2012 y 2013, y el confeti de algunos cayó como agua fría para otros. Los que ven alejarse un rescate que hace tiempo ya se daba por hecho. Consecuencia: la prima de riesgo sube. Poco a poco, pero sin pausa.
Puedes enviarle un correo a Amar N. Daryanani a su casilla [email protected]
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