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La medida trae consigo una polémica implícita nada es gratis en esta vida, y la fe no es una excepción. Que el dinero no es lo más importante es una de las frases más comentadas en el mundo, sin embargo en esta oportunidad, todo tiene su precio.
Según se ha informado a quienes deseen visitar el Vaticano, les tenemos una mala noticia, a partir de la primera semana de este año 2013, tanto empleados, visitantes como turistas podrán pagar sus recuerdos materiales o la contratación de servicios en la Santa Sede en efectivo. Ahora, los cargos no podrán pagarlos con tarjetas bancarias, de débito o de crédito.
Según la nueva normativa las únicas formas de pago admitidas serán el efectivo, los cheques y tarjetas electrónicas emitidas por el Instituto para las Obras de religión (“banco vaticano”).
Si bien la medida no es definitiva, se mantendrá vigente por un “lapso temporal a definir” y “hasta una fecha a definir” y está motivado por el hecho que “las relaciones de algunas oficinas de la Ciudad del Vaticano con uno de sus prestadores de servicios para el uso de las tarjetas, está pronto al vencimiento”.
Agregó que “están en curso contactos con diversos proveedores o prestadores de servicio” y “se prevé que la interrupción del uso de los servicios vinculados a las cartas de crédito será breve”.
Según trascendió el bloqueo fue impuesto por la Banca de Italia como una sanción porque el proveedor del servicio al Vaticano, la alemana Deustche Bank, había comenzado a operar el pago electrónico en el Estado pontificio sin la autorización de esa entidad.
Sin embargo, también se sostiene que según la orden que llegó desde el Banco Central de Italia, el Vaticano todavía no cumple las normas internacionales contra el lavado de dinero.
Esta vez una de las emisoras de tarjetas de crédito deberá cambiar su eslogan, porque en esta oportunidad, para todo lo demás, parece que en el Vaticano, solo vale el efectivo…
