El oro ha perdido su brillo

Your ads will be inserted here by

Easy Plugin for AdSense.

Please go to the plugin admin page to
Paste your ad code OR
Suppress this ad slot.

La semana que termina pasará a la historia como la del sell-off del oro más pronunciada desde 1983. Aunque ya el viernes el metal experimentaba un descenso en su precio, el lunes nos vimos envueltos en una sorprendente espiral bajista de los commodities. ¿Llegó el final del rally del oro, o se trata de una corrección sin importancia? ¿Habría de conllevar una “lógica” mejora de la renta variable? Un recorrido por el devenir de la semana bursátil ayuda a despejar incógnitas.

Al otro lado del Atlántico, Wall Street parece haber puesto freno a su paseo entre máximos históricos, triunfando los bears a medida que se conocían unos datos macro peores de lo esperado. Sólo se registró una sesión alcista, la del martes, gracias a los resultados de CocaCola y J&J y al dato del IPC. Pero también los resultados empresariales (Bank of America) y los datos macro decepcionantes (índice manufacturero de la Fed de Filadelfia e indicadores adelantados de la Conference Board) llevaron a la bolsa neoyorquina a registrar dos sesiones consecutivas de recortes. Ciertamente parece que Wall Street ha encontrado su resistencia en el marco de una economía global deprimida. El informe del FMI empeoró todas las previsiones y resultó un jarro de agua fría en el ánimo de los inversores, que siguen tremendamente sensibles a las noticias político-económicas. Pero las espaldas de la QE-3 al menos hasta final de año (o hasta una mejora del mercado laboral) nos hacen pensar que aún queda mucho camino por recorrer y oportunidades que aprovechar.

Your ads will be inserted here by

Easy Plugin for AdSense.

Please go to the plugin admin page to
Paste your ad code OR
Suppress this ad slot.

Europa es un mundo aparte. Tras el rally de la semana pasada (2%) las caídas del lunes (en particular por las empresas relacionadas con las materias primas) suponían un lógico “descanso del guerrero”. Pero si hay inversores sensibles a las noticias, esos son los europeos. Bastó un chisme sobre una posible rebaja del rating de Alemania, y el recorte de previsiones del FMI, para acumular tres sesiones a la baja y una pérdida media del 4,5%. Y precisamente en Europa se gestó el temor que apuntaló el precio del oro: Chipre vendería 400 millones de euros en reservas “excesivas” de oro para acomodar sus planes de reajuste, según su ministro de Finanzas Haris Georgiades. El miedo a un contagio al resto de débiles economías periféricas se hizo notar, y no es para menos. El consecuente descalabro del oro y la plata nos dejaba unas ventas no vividas desde hacía 30 años.

En España por su parte el IBEX sufrió algo más de lo previsto, ya que ni siquiera los éxitos del Tesoro en su cita con el mercado de deuda tuvieron un gran reflejo en la bolsa. El mercado de deuda mantiene su mejora a la sombra del BCE, pero en la bolsa se mantienen también las incertidumbres y las malas previsiones económicas. La renta variable vive ya más pendiente de las noticias que llegan de su círculo más cercano (caso de Chipre o del rumor del rating alemán) o del otro lado del Atlántico. El deterioro de la perspectiva de la economía global es una realidad puesta de manifiesto por el FMI que, para más inri, afeó la cara de la española. Aunque eso sí, según Lagarde España necesita más tiempo para ajustar su déficit, y podría incluso crecer en 2014 si no se ve forzada a más ajustes. ¿Quién no querría librarse de las exigencias de la UE de Merkel y además beneficiarse de una moratoria? ¿Quién no está harto de las medidas de austeridad? Soñar no cuesta, pero tampoco hace ganar dinero.

Por lo tanto, y ciñéndonos a la realidad que nos rodea, claro está que la renta variable seguirá experimentado sacudidas mientras se mantenga la sensibilidad “a flor de piel” de los inversores, y mientras Europa no despeje las dudas que se ciernen sobre su economía. Y en lo que al oro se refiere, claro está también que ha perdido su brillo. No parece ser ya el valor refugio al que nos tiene acostumbrados. Al menos ha fracasado en su intento, teniendo en cuenta la inestabilidad política, económica y social actual. Pero no por ello habría de verse mejorada la renta variable, inmersa en sus propias incógnitas. Parece haberse roto la correlación.

Amar N. Daryanani

Analista Independiente

http://bolsamercados.com/

Publicidad